Es frecuente que muchos de mis clientes se confundan entre los conceptos de custodia exclusiva y autoridad parental. Esta confusión es común y puede generar malentendidos importantes.
La autoridad parental
El Código Civil de Quebec establece claramente en su artículo 600 que ambos padres ejercen la autoridad parental sobre sus hijos de forma conjunta https://canlii.ca/t/1b6h#art600. Esto significa que ambos progenitores tienen derecho a opinar y tomar decisiones sobre aspectos fundamentales de la vida de sus hijos, como la educación, la religión, la alimentación, la salud y el lugar de residencia, independientemente de si tienen o no la custodia exclusiva de los niños, hasta que estos alcancen la mayoría de edad.
La única forma en que podrían perder estos derechos es mediante una sentencia definitiva de la Corte Superior de Quebec que decrete la privación de la autoridad parental. Este es un recurso excepcional que se utiliza en casos extremos, como abuso sexual, abandono o violencia, y está establecido en el artículo 606 del Código Civil de Quebec https://canlii.ca/t/1b6h#art606
La custodia exclusiva
La custodia exclusiva es una modalidad de la custodia de los hijos que a menudo se malinterpreta. Muchas personas piensan que la custodia exclusiva implica que uno de los padres pasa el 100% del tiempo con los niños, mientras que el otro queda completamente excluido. Sin embargo, la realidad es mucho más flexible.
En términos legales, la custodia exclusiva significa que uno de los padres pasa más del 60% del tiempo con los niños. No obstante, esto no implica ninguna alteración en la autoridad parental, la cual sigue siendo compartida entre ambos padres.
El único impacto relevante de que un padre pase la mayoría del tiempo con los hijos se refleja en el monto del pago de la pensión alimentaria, un tema que abordaré en otro artículo.
La custodia exclusiva no significa que uno de los padres esté excluido de la vida de sus hijos. Existen múltiples modalidades que permiten a ambos progenitores mantener una relación cercana y activa con sus hijos, garantizando su bienestar y desarrollo integral.
En resumen, es fundamental recordar que el objetivo principal de cualquier acuerdo de custodia es el bienestar del niño. Las decisiones sobre la custodia deben centrarse en las necesidades y el interés superior del menor, asegurando que ambos padres tengan la oportunidad de desempeñar un papel significativo en su vida.
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