Si tienes tiempo viviendo en la provincia de Quebec, lo más probable es que una persona que conozcas haya recibido o enviado una carta de “mise en demeure” o que hayas escuchado a alguien mencionar el término. ¡Quizás acabas de recibir una y no estás seguro de qué se trata!
La mayoría de las veces la mise en demeure la trae un alguacil de justicia (huissier). Como dicen aquí: cuando un huissier llama a la puerta… no son buenas noticias. Otras veces simplemente se envía por correo certificado (recommandé) o por otro medio que permita luego probar el recibo.
La carta de mise en demeure (o “puesta en mora”, que es el término técnico en castellano), es una comunicación escrita o correspondencia por la cual una persona le reclama y exige a otra el cumplimiento de una obligación legal, dándole un plazo razonable para hacerlo. La misiva generalmente concluye con una advertencia o amenaza de las acciones legales que se tomarán si el destinatario no cumple con lo reclamado.
En la práctica, la mise en demeure se utiliza para todo tipo de reclamos legales, como por ejemplo en materia civil o comercial, en casos de derecho familiar y en reclamos de consumidor.
La carta de mise en demeure debe cumplir con ciertas formalidades y requisitos legales para que tenga valor y efecto. Por esa razón, es recomendable (aunque no es necesario) que la escriba o revise un abogado.
Un abogado se asegurará de verificar los fundamentos de hecho y de derecho del reclamo y podrá ayudar a calcular o determinar lo que se le puede exigir al destinatario (el pago de una cantidad de dinero, la entrega de una cosa, una conducta o acción que se debe hacer o no hacer). Por otra parte, cuando un abogado la escribe y envía, naturalmente causa mayor impresión.
Generalmente el envío de una mise en demeure no es lo primero que se hace cuando uno tiene un reclamo. Se trata más bien de una advertencia final, un ultimátum; es el último chance que se le da a la otra persona para que cumpla con lo exigido, antes de ir a los tribunales.
Muchas veces es recomendable intentar primero otras soluciones informales (envío de estados de cuenta o recordatorios de pago, llamadas telefónicas, reuniones o visitas, etc.). Es cuando estos esfuerzos iniciales fracasan que se envía la última advertencia: la mise en demeure.
En algunos casos, la ley exige el envío de una carta de mise en demeure antes de acudir a los tribunales, so pena de rechazo de la demanda por parte del juez.
En otros casos el envío de una mise en demeure puede obviarse por completo. Por ejemplo, en ciertas situaciones la ley entiende que el deudor está en mora automáticamente y sin necesidad de que se le envíe un reclamo escrito. Este es el caso cuando se está ante una situación urgente o cuando el deudor ha indicado claramente que no tiene intención de cumplir.
Las consecuencias jurídicas de una mise en demeure pueden ser muy serias. Si recibes o necesitas enviar una, consulta a un abogado antes de actuar; un reclamo bien planteado o una respuesta apropiada y cuidadosa puede marcar toda la diferencia.