¿Tu socio no está ya tan comprometido con la empresa como al principio? ¿Hace ya tiempo que haces casi todo y no paras de trabajar? ¿Te parece injusto que se quede con la mitad de las ganancias al final del año? ¿Quieres quedarte sólo con el negocio pero nunca firmaste un contrato entre accionistas?
Si estás en una situación como esta, tienes un problema serio.
En ausencia de un contrato entre accionistas que defina las obligaciones de los socios y establezca mecanismos concretos para asegurar su cumplimiento y remediar eventuales desviaciones, las leyes corporativas canadienses carecen en general de protecciones eficientes.
Sin contrato entre accionistas, cuando la sociedad es 50-50 y el negocio es exitoso, las probabilidades de que surja un litigio entre socios son altísimas.
Los problemas pueden ser de todo tipo. La contribución desigual entre los socios y la falta de compromiso de uno de ellos son causas frecuentes de litigio. También lo son los desacuerdos a propósito de las prioridades y objetivos de corto y largo plazo de la empresa, las dificultades operativas, los gastos, las inversiones y la distribución de ganancias, entre otros.
Es que en este tipo de sociedades, si los dos accionistas no se ponen de acuerdo, no se pueden tomar decisiones. En caso de impasses graves, no quedará otra alternativa que acudir a los tribunales a través de procedimientos complejos y que pueden ser muy demorados y costosos, pudiendo incluso verse afectada la continuidad de la empresa.
Un buen contrato entre accionistas puede tener disposiciones que establezcan, por ejemplo, penalidades o consecuencias si los socios no cumplen con su trabajo. Estas sanciones podrían ser, por ejemplo, una repartición desigual de las ganancias o la obligación del accionista infractor de venderle sus acciones al otro a un precio descontado.
Algunos consejos prácticos
- El momento de negociar y firmar un contrato entre accionistas es antes de arrancar el negocio o mientras la relación entre los socios es buena. Cuando el conflicto estalla, es demasiado tarde.
- El contrato entre accionistas es útil para muchas otras situaciones, como por ejemplo para evitar que un socio le venda sus acciones a un extraño, para prevenir posibles problemas con los herederos de un socio que fallece, o para que se respeten políticas empresariales o garantizar la distribución de ganancias cuando las haya.
- El contrato entre accionistas es recomendable aún en el caso de sociedades donde uno de los socios tiene mayoría, o cuando existen tres o más socios.
- Si ya no aguantas más a tu socio o quieres prevenir problemas futuros, consulta a un abogado. La solución de una disputa entre socios puede ser extremadamente compleja.